Dan Dale is a lifelong fighter for justice and peace in our world. As one of the founders of the Sanctuary Movement in Chicago during the 1980s, he helped to inspire members of local congregations to open their sacred spaces – buildings, communities, homes, and hearts – to those fleeing persecution and danger from El Salvador and Guatemala. At the same time, the movement pressured the U.S. government to cease its support for repressive regimes in Latin America and to abide by the international law that calls upon all nations to provide safety for those fleeing government violence. In the late 1980s, Dan and his wife, Nancy Jones, and their two daughters, Jenny and Lucy, put their commitment into action by serving as United Church of Christ mission volunteers in El Salvador. In the midst of that violent conflict, they courageously stood with people struggling for justice and shared their stories with those of us who remained in the U.S. to carry on the struggle. While there, in 1988-89, Dan and his family were threatened with deportation by the Salvadoran government for their work with the Lutheran Church of El Salvador. In response to this threat, the newly formed CRLN sprang into action and convinced then Senator Alan Dixon (D-IL) to initiate a Senate sign-on letter, urging the Salvadoran government to respect the work of U.S. church workers. This action influenced the Salvadoran government to cease its threat against Dan and his family. Soon afterward, CRLN honored Sen. Dixon and Salvadoran Lutheran Bishop Medardo Gomez at our first luncheon. Dan’s commitment to faith-based social justice has continued to this day through his service as a campus minister at UIC; his participation in numerous delegations to Colombia, El Salvador, Guatemala, Cuba, and Honduras; his attendance at the annual vigils calling for the closing of the U.S. Army’s School of the Americas; his faithful advocacy to change harmful U.S. policies in Latin America and his leadership on the Board of Directors of CRLN. Dan is a joyful warrior, living out his faith that God desires peace with justice for all creation and that we are called to work for that goal with all our hearts. Dan not only talks the talk, he walks the walk!
A lo largo de su vida, Dan Dale ha luchado por la justicia y la paz. Como uno de los fundadores del Movimiento Santuario en Chicago durante los años 80 del siglo pasado. Sus esfuerzos fueron clave para que congregaciones locales abriran sus espacios (edificios, hogares y corazones) a quienes huían de la persecución y el peligro que experimentaban en El Salvador y Guatemala. Al mismo tiempo, este movimiento presionó al gobierno de Estados Unidos a frenar su apoyo a los regímenes represivos en América Latina y así cumplir con el derecho internacional, el cual llama a todas las naciones a brindar seguridad a quienes huyen de la violencia del estado. A fines de los años 80, Dan y su esposa, Nancy Jones junto con sus hijas, Jenny y Lucy, pusieron en práctica su compromiso por la justicia cuando trabajaron como voluntarios misioneros de la Iglesia Unida de Cristo en El Salvador. En medio de ese conflicto, y con mucha valentía apoyaron a las personas que luchan por la justicia. Después compartieron esos hechos con nosotros que permanecimos en los Estados Unidos, para así continuar con la lucha. Mientras estuvo en El Salvador, de 1988 a 1989, Dan y su familia fueron amenazados con la deportación por el gobierno salvadoreño por su trabajo con la Iglesia Luterana de El Salvador. En respuesta a esta amenaza, CRLN, recién formado, entró en acción y convenció al entonces Senador Alan Dixon (D-IL) de iniciar una petición para el Senado, instando al gobierno salvadoreño a respetar el trabajo de los misioneros de la iglesia de Estados Unidos. Con esta acción el gobierno salvadoreño cesó su amenaza contra la familia. Poco después, CRLN honró al Senador Dixon y al obispo luterano salvadoreño Medardo Gómez en nuestro primer evento. El compromiso de Dan para luchar la justicia social con una base en la fe ha continuado desde entonces y a través de su servicio como ministro en la Universidad de Illinois, Campus Chicago; su participación en numerosas delegaciones a Colombia, El Salvador, Guatemala, Cuba y Honduras; su asistencia a las vigilias anuales por el cierre de la Escuela de las Américas del ejército de Estados Unidos; su fiel defensa por cambiar las políticas nocivas de Estados Unidos en América Latina y su liderazgo en la Junta Directiva de CRLN. Dan es un guerrero alegre que vive una fe con una visión de Dios que desea la paz y la justicia para toda la creación, a lo cual estamos llamados a construir en este mundo con todo nuestro esfuerzo. ¡Dan predica con su ejemplo!